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Psicología

Del estrés a la calma: técnicas efectivas para niños con autismo

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un niño autista agresivo gritando

Descubre técnicas y consejos efectivos para calmar a niños autistas con comportamientos agresivos y mejorar su bienestar diario.

El autismo en niños es un trastorno neurológico que afecta a la capacidad del individuo para comunicarse, entender y relacionarse con los demás.

En algunos casos, estos desafíos pueden desencadenar comportamientos agresivos, lo que genera una preocupación significativa para los padres, cuidadores y educadores.

Aprender a calmar a un niño autista agresivo es esencial para garantizar su bienestar y el de quienes lo rodean.

Entender la causa del comportamiento agresivo

Factores sensoriales

Los niños con autismo a menudo experimentan diferencias sensoriales que pueden influir en su comportamiento. Su percepción y procesamiento de la información sensorial, ya sea visual, auditiva, táctil, olfativa o gustativa, puede diferir significativamente de los de otros niños.

Sonidos que pueden parecer normales para la mayoría, como el timbre de un teléfono o el ruido de un motor, pueden ser extremadamente molestos o incluso dolorosos para un niño con autismo.

Lo mismo ocurre con luces brillantes o con ciertos materiales en contacto con su piel. Estas sensaciones intensas pueden desencadenar respuestas agresivas porque los niños se sienten abrumados y no pueden procesar el estímulo de manera adecuada. Por eso, es esencial ser consciente de estas sensibilidades y, cuando sea posible, adaptar su entorno para minimizar los desencadenantes que pueden causar estrés 1.

Comunicación

La comunicación es un desafío central para muchos niños con autismo. Estos niños pueden encontrar dificultades para expresar sus pensamientos, sentimientos y necesidades, lo que puede generar frustración y en algunos casos llevar a comportamientos agresivos.

Esta agresión a menudo es una manifestación de su lucha para hacerse entender.

Al proporcionar herramientas de comunicación adecuadas, como pictogramas, aplicaciones de comunicación asistida o dispositivos de comunicación, podemos ayudar a estos niños a transmitir sus necesidades y sentimientos de manera más efectiva, reduciendo así la probabilidad de reacciones agresivas.

Rutina y estructura

Los niños con autismo suelen prosperar en entornos estructurados y predecibles. Cambios repentinos o interrupciones inesperadas en su rutina diaria pueden resultar en un aumento de la ansiedad y el estrés.

Este desequilibrio emocional puede, a su vez, manifestarse como agresión. Por lo tanto, es crucial establecer y mantener una rutina predecible para el niño, informándole con antelación sobre cualquier cambio para que pueda prepararse y adaptarse.

Como calmar a un niño autista agresivo: 4 estrategias

Espacios tranquilos

Ofrecer un lugar seguro y tranquilo en el hogar o en la escuela es esencial para los niños con autismo. Este espacio, decorado de manera minimalista y con colores suaves, puede actuar como un refugio para el niño cuando se siente abrumado por estímulos externos o por sus propias emociones. Aquí, el niño puede alejarse temporalmente de lo que le causa malestar y encontrar un momento de serenidad.

Técnicas de relajación

El estrés y la ansiedad son comunes en niños con autismo. El uso de técnicas de relajación específicas puede ser una estrategia efectiva para reducir estos sentimientos. La respiración profunda, por ejemplo, ayuda a oxigenar el cerebro y calma el sistema nervioso. La meditación y la música suave también pueden ofrecer momentos de tranquilidad, permitiendo al niño centrarse en el presente y aliviar la tensión acumulada 3.

Entrenamiento en habilidades sociales

El entrenamiento en habilidades sociales es vital para enseñar a los niños con autismo cómo interactuar de manera efectiva y apropiada con otros. A través de este entrenamiento, pueden aprender a reconocer y expresar sus emociones, a entender las emociones de los demás y a desarrollar habilidades para resolver conflictos de manera pacífica.

Buscar apoyo profesional

El comportamiento agresivo en niños con autismo puede ser complejo y multifacético. Para abordarlo de manera efectiva, es fundamental contar con el apoyo de profesionales especializados.

Terapeutas ocupacionales, por ejemplo, pueden ofrecer estrategias para manejar las sensibilidades sensoriales, mientras que los psicólogos pueden trabajar en habilidades sociales y emocionales.

Además, es posible que se necesite el apoyo médico para descartar posibles problemas de salud subyacentes o para discutir la posibilidad de intervenciones farmacológicas. La colaboración entre estos profesionales, los maestros y la familia es esencial para crear un plan integral que aborde las necesidades del niño y promueva su bienestar.

Conclusión

El comportamiento agresivo en niños autistas puede ser desafiante, pero comprender las causas subyacentes y aplicar estrategias adecuadas puede marcar una gran diferencia.

La paciencia, el amor y el apoyo continuo son esenciales para ayudar a estos niños a navegar por un mundo que a menudo puede sentirse abrumador.

Referencias científicas 

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